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1. |
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Que va a pasar un obrero
Reptando en los socavones, mezclando el día y la noche
Qué extraña forma de vida nacer otra vez cada día,
nacer otra vez cada día.
Oscuros rostros que miran su triste y breve rutina
que se hace llanto en recuerdos y canto se hace en el vino,
y canto se hace en el vino.
La viuda los vio seguro pasear por todos los frentes
varones de cuño duro heridos siempre de muerte,
heridos siempre de muerte.
¡A ver si se saca el sombrero señor que va a pasar un obrero!
¡A ver si se saca el sombrero señor que va a pasar un minero!
El hombre que partió el silencio en el sur, el hombre que fundó mi pueblo.
La viuda los vio seguro pasear por todos los frentes
varones de cuño duro heridos siempre de muerte,
heridos siempre de muerte.
Que habrá sido de esas vidas que se escaparon un día,
que habrán de pensar ahora que no sirvió su partida,
que no sirvió su partida.
Que no es posible el lamento, que nos redime el dolor
Marchamos con nuestros muertos, somos fruto de su amor,
somos fruto de su amor.
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2. |
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Memorias del tren
Como flecha certera
al vientre de los montes,
entre durmientes y vías
pueblos de alma salobres.
Vagones aguateros
agüita pa' mi gente,
viejos pueblos sedientos
heridos y silentes.
Se llevaron riquezas
desolando los pueblos,
estaciones vencidas
y obreros sin un techo.
Memorias de mi pueblo
de trenes que se fueron,
mi alma por los andenes
llorando sin consuelo.
Al menos había trabajo
cuando llegaba el mixto,
empanadas y rosquetes
te vendían los changuitos.
Las madres esperaban
que llegara el milagro,
y antes que de un pitazo
ya salía el salario.
Hermano ferroviario
dónde andará tu almita,
vagando por los rieles,
errante y sin salida.
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3. |
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Ríos de estrellas
Bebo de ti la luz
desarmando el gris de esta libertad,
mudo a la piel del sol
enraizándome, fértil, vegetal,
luminiscente ardor
cegó el ápice de la soledad.
Voy detrás de ese añil,
desandándome,
al lugar
donde el mundo despertó…
De manera hostil,
sesgando la voz de la paz total.
Ríos de estrellas vi
poblando mi faz,
al brillar
fugándose por los…
Ojos, volátiles,
que con su color saben ser y amar.
Muelo en mis manos
la tierra senil, nueva y mineral,
busca reverdecer,
brotando sutil como manantial,
gajos de luna y sol,
de modo gentil, a su cuerpo irán.
¿Cuánto verdor
podrá redimir?
claridad,
fundiéndose con el…
Día que, tras el rubor,
luce aquel matiz, celaje final.
Miles de estrellas vi
sediento de andar,
la humedad
derramándose en los…
Ojos, tan frágiles,
que de su color llenan la verdad.
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4. |
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Memoria del alma
Suelo demorar,
En el remanso de tus aguas
Mi sangre reclamando tu calor,
Combinas lo más puro
De la luna en tu mirada,
Confundes mi nocturna desazón.
Te vuelves bendición
Al ruego de mi boca,
Sublime irradió tu estrella cegadora,
Soy viejo nubarrón
Que de un soplo se deshace
En vientos estivales de tu amor.
Quisiera transcribir
Las líneas de tus manos,
Beber de la raíz
La miel que dan tus labios,
Hilarme en la insondable candidez de tu regazo,
Fugarme con los rastros de tu piel.
Busco empapar
Mi esencia con tu aroma,
Fruto natural maduro en flor,
Pisando cada punto cardinal
De mi memoria
Evoco al rojo instante de tu albor.
Quiero derramar
Caricias que desboquen
La aurora de tu ser cruzando el horizonte,
Fundirme entre lo astral
Y afable de ese sueño,
Poblar de luz las alas al volar.
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5. |
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Escondida en el aire
Cuando la negrita baila
se me despierta la vida,
pues dibuja con su cuerpo
la más bella poesía.
De sus giros se desprenden
todas las luces del alba
y en mi corazón la magia
vuelve a tejerme esperanzas.
Cuando la negrita baila
se me despierta la vida.
En el fuego que la envuelve
se queman todas mis penas
y la lágrima que nace
ya se convierte en estrella.
Mudanceando con la luna,
yo la encontré enamorada.
Ay negrita, bailamelo
una chacarera,
danza con el viento
para que tu alma no muera.
Cuando la negrita baila
se abren todas las flores
y en el campo va naciendo
una primavera de amores.
Una estela de colores,
la sigue como una sombra
y le brillan los ojitos
cuando mi canto la nombra.
Cuando la negrita baila
se abren todas las flores.
A la sangre de su anhelo
hay mucho amor para darle,
y la negra me sonríe
como escondida en el aire.
Despertando en la mañana
el sol entibia su nido.
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6. |
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No me abandones ahora
Poncho de lona encerado
no me abandones ahora
que está nevando tupido
y el viento sopla escarchado.
Se me hace largo el camino,
por la noticia en la radio
mi hijo nació en el pueblo,
los dos me están esperando.
Apure zaino ese tranco
mientras se vea la huella,
que ha llegado el hijo mío
y ha llegado el hijo de ella.
Si el cielo está encapotado
igual me llueven estrellas,
aunque no sienta las manos
pa' acariciar la más bella.
Cómo no voy a llegar
virgencita de la huella.
No ha dejado de nevar
y el sueño blanco me acecha,
siento en el pecho un dolor
que me hiere como flecha.
Ansias de mí corazón
por ver al hijo y a ella.
Cómo no voy a llegar,
si habré aguantao temporales.
Un hijo es algo vital,
como el agua, como el aire.
Ya no puedo respirar,
tal vez mi aliento se escarche.
No me vayas a fallar,
zaino, ¡seguí pa' adelante!
¡La pucha que está nevando!
Tanta nieve no me acuerdo.
Desde algún puesto cercano
me están ladrando unos perros;
campanas debieran ser,
o por lo menos cencerros,
para anunciar que mi hijo
me está esperando en el pueblo.
Hoy le preparé en el rancho
un quillango de chulengo
para abrigar su cuerpito,
solcito de los inviernos.
Ya no serás como antes
cañadón de los silencios,
la risa de mí muchacho
te hará canción en el viento.
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7. |
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Dulce tierra
Dulce tierra de amor
tras tu luna andaré
así alumbrar mi dolor
hasta que pueda volver.
La Morera ancestral
que su fruto me dio
emblema del patio aquel
donde mi infancia creció.
Nunca pude esperar
a que bajara el sol
ardiendo iba mi ilusión
surcando siestas de amor.
Dulce tierra de amor
tras tu luna andaré
así alumbrar mi dolor
hasta que pueda volver.
Misterios guardarlas
verde cañaveral
de duendes y el familiar
leyendas que has de contar.
También llanto y penar
¿Quién no tuvo una vez?
dorado rayo de luz
la dueña de mi querer.
Mi guitarra será
fiel testigo otra vez
de algún bello amanecer
cuando en mi pago yo esté.
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8. |
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Irrevocablemente
Qué lindo azar es encontrarte febril velamen de luceros
Desgajando el día en migajas de cobre y enero,
Extasiado en el afán de contemplar la alianza
De tus manos dotadas del milagro del júbilo del alba.
Qué lindo azar es encontrarte cuando tu piel de coral, arena y mar
Dibuja su oleaje azul marino, legendario y mineral
Algún manojo de temores, de mudos dolores,
Naufraga en mi destino incierto con pródigos colores.
Qué lindo azar es encontrarte pa’ decirte que te debo irrevocablemente:
El amparo del alma, los gestos de un amor pendiente
Los brazos que enarbolan la suerte de tu espalda
El brillo vespertino diluyéndonos, tan ciegos de añoranza.
Qué lindo azar es encontrarte flor de las edades del tiempo
Madurando en sus mil aromas desafiantes al viento,
Preludiando el miedo de un invierno atemporal
Que denota los retazos breves de su sol frugal.
Qué lindo azar es encontrarte cuando suelto las amarras,
Cuando canto en la urgencia de tu luz certera y clara,
Cuando sueña mi memoria sus quimeras de esperanzas,
Cuando me derriba la nostalgia de tu voz inusitada.
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9. |
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Al sur del viento
Cuando sopla el viento trae fuerzas
que se meten en mi alma
y estallan en mi garganta.
Y una extraña mezcla de memorias
en pedazos de esta historia
trae el viento en su carcasa.
¡Ay!, somos parte del viento del sur.
Frío azul.
Cuando sientas en tu piel la brisa
date cuenta que montada en ella
va nuestra esperanza.
De sueños postergados de muchos
que nos despojaron verdes
pretensiones de unos pocos.
¡Ay!, somos parte del viento en el sur.
Frío y luz.
Pero el viento sabe que de viento
va naciendo esta esperanza
hecha piel en el desierto.
Y que cruzando al sur del colorado
tan amado y tan golpeado
entras al reino del viento.
¡Ay!, somos parte del viento en el sur.
Frío azul.
¡Ay!, somos parte del viento en el sur.
Frío azul.
Frío y luz.
Frío azul.
Y que cruzando al sur del colorado,
tan amado y tan golpeado,
tantos sueños postergados,
va naciendo nuestra esperanza.
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10. |
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Donde brotan los coirones
Soy las llagas de leyendas
de los pueblos, de tu carne,
soy el canto más tupido
en el ramaje de tu sangre.
Soy la cuenca que descansa
sobre el mimbre de tus grietas,
soy la roca que erosiona
la enfurecida marea.
Soy el rostro ennegrecido
por petróleo y carbones,
soy el oleo que de azules
tiñe al cerro en los albores.
Copla austera, tierra helada,
canta el viento en tus entrañas
y reaviva los tizones
del brasero de mi alma
Soy el árido capricho
donde brotan los coirones,
soy la húmeda pradera,
soy huemul, guanaco y choique.
Soy el hielo milenario
trama inerte del anhelo,
soy el vértice de estrellas
que enmudece el firmamento.
Soy nevada entretejida
por auroras y cristales,
soy crepúsculo en el fruto
de los soles de tus tardes.
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11. |
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El duende escondido
Se oyen los troncos marcando firme el compás,
cueros sedientos de luna sin sal están,
quebró la noche con copas demás
y un sol amanecido, triste he’i llegar.
Gritan las cuerdas otrita nomás,
servile chango otra vuelta yo he’i de pagar.
Suena una copla en el pecho de algún cantor,
se saca el duende y entrega su corazón,
pintando estrellas mis días se van
con el eco de mi voz una vez más.
Como alejarme de mi ancestral religión
si soy astilla de un palo que aún no murió,
espino fiero si me han de tallar
de la raíz de mi tierra en cualquier lugar.
Sigo los pasos de aquellos que están
entregando el mismo sueño que en mi he'i de llevar.
Gimen los tientos tensado en algún dolor,
danzan las reinas buscando encontrar amor,
pintando estrellas mis días se van
con el eco de mi voz una vez más.
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12. |
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Rinahuel
Quiso ser abanderado
el paisano Rinahuel
allá por el río Robles
nos encontramos con él.
Una bandera argentina
que levanté en el Cardiel
quedó en las manos gastadas
del paisano Rinahuel.
Cuando la tuvo en su pecho
casi no lo podía creer
la ató en un palo de lenga
y el sol brillaba con él
y así fue un abanderado
el paisano Rinahuel.
Recitado
Es encargado de la estancia y el único peón también, diez leguas a la redonda sólo contamos con él, hay que frenar a los buitres que rondan sobre el vergel y poblar más de argentinos los pagos de Rinahuel. Entonces será mi grito como un pampero el tropel y no será la frontera una línea en un papel.
¡Viva Argentina carajo y el paisano Rinahuel!
Cerca de la cordillera
y por la zona también
allí vive un argentino
el paisano Rinahuel.
Todas las tardes soñaba
robarle al cerro la piel
y en el azul de los lagos
una bandera encender.
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13. |
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Huahuais (Del Tehuelche: Solo)
¿Yo me pregunto por qué
tanto vacío total,
tanta gente amontonada
y a mí me sobra lugar?
(A mi me sobra lugar)
¿Dónde comienza el color
del hielo continental?
Mi tierra azul pega el grito
a los que deben pensar.
(A los que deben pensar)
Huahuais,
me he quedado huahuais
como la montaña.
Quizás,
cuando empiece a elevar
mariposas al alba,
me den
un puñado de luz
pa’ poblar las distancias.
Huahuais
como el río y el mar
y mis pobres ovejas.
Huahuais
corazón de carbón,
¡Petrolero del sol!
(En el final: ¡Santa Cruz de mi amor!)
¿Yo me pregunto por qué
tanta lucha sin cesar?
El sueño de los abuelos
se funde en la soledad.
(Se funde en la soledad)
En las plumas del ñandú
El viento suele cantar:
“Esta tierra está desierta
y es necesario poblar”
(Es necesario poblar)
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"Tramas" segundo disco de Nahuen.